Este libro reformula la sexualidad en perspectiva sociocultural. Define la sexualidad como una estrategia de control social, y describe la heterosexualidad como un estilo de vida. También teoriza la diversidad sexual y defiende la pertinencia de fomentarla, al tiempo que crítica las reaccionarias (y caducas) perspectivas biologicistas sobre la sexualidad. Así mismo, cuestiona los discursos expertos y reivindica la legitimidad de los saberes populares y cotidianos sobre la sexualidad. Incluye tanto estudios teóricos como investigaciones sobre trabajo y consumo sexual, sobre homosexualidades y disidencias sexuales y sobre representaciones y modelos de gestión del cuerpo. Es un trabajo que rinde homenaje a la tradición europea continental de pensamiento social sobre sexualidad desarrollada por autores cómo Jean Louis Flandrin, Philippe Ariès, Michael Pollak, Simone de Beauvoire, Mario Mieli, Alberto Cardín, Guy Hocquengem, Michel Foucault, y Andrè Bèjin, entre otros. El objetivo de este libro es mostrar que las personas no somos ratas de laboratorio. En tanto que seres sociales y simbólicos, los seres humanos somos más que mamíferos. Y es que quizás la naturaleza sugiera, pero finalmente son la cultura y la estructura social quienes deciden qué hacer, de qué forma, cuándo, dónde y con quién.