Las famosas Tesis de abril suponen el análisis más lúcido y contundente que se haya hecho sobre el proletariado ruso. Son, también, un programa de acción para una tarea concreta: el paso de la primera etapa de la revolución, en la que la burguesía detentaba el poder, a la segunda, en la que los obreros y campesinos, una vez que hubiesen desenmascarado y superado a los elementos populistas pequeñoburgueses, traidores de la clase trabajadora, tomarían el poder para construir la república democrático-popular del proletariado y las masas campesinas. Tras regresar del exilio, Lenin pronunció el 4 de abril en Petrogrado el discurso de sus famosas Tesis de abril, poniendo los fundamentos ideológicos de la actuación de los bolcheviques tras su ascenso al poder.