La economía feminista no es sólo para mujeres. No obstante, algunas de las preocupaciones y hallazgos de mujeres economistas pueden surgir de experiencias propias de discriminación en la academia, en el mercado de trabajo o a partir del hecho de ser madres y esposas. Es posible que muchos conceptos, temas y preguntas de investigación analizados por las mujeres provengan de experiencias que la mayoría de los hombres no han vivido. La economía feminista, ademá de criticar a la ciencia económica en el nivel metodológico, somete a examen el estrecho enfoque cuantitativo de los economistas, su escepticismo acerca del valor de la información posible de obtener mediante entrevistas, y su insistencia en que el análisis económico es y debe continuar siendo objetivo sin juicios de valor ni emociones