Cuatro niños se enfrentan al asesinato violento de su padre en el México de los años setenta. El duelo no termina nunca porque de ese homicidio no se habla, de hacerlo se desmoronaría todo un núcleo de protección familiar. Narrada a cuatro voces, escuchamos primero la voz de una narradora que, a veces niña y en ocasiones adulta, se propone rescatar esa historia ayudada de fotografías, un USB con una bitácora oral de su prima con los recuerdos de su padre y ciertos elementos de la investigación policiaca a pesar del temor de poner sobre la mesa un hecho familiar siempre silenciado. Por otro lado, una mujer de mediana edad recibe un diagnóstico de cáncer con metástasis y se enfrenta al tratamiento que, en ocasiones, la lleva a ver durante las sesiones de quimioterapia al padre asesinado hace más de cuarenta años. Con otra mirada, un detective llega al lugar de los hechos el día del asesinato para empezar la investigación. En su archivo encontramos el reporte policial, la autopsia, notas periodísticas diversas, sus apuntes, una carta dirigida a la viuda, así como entrevistas y reflexiones personales sobre el caso. Entre los hechos cometidos por la guerrilla de la Liga del 23 de Septiembre y la ausencia de una narrativa que explique esa muerte del padre, la novela se teje con elementos históricos y la necesidad, acuciante, de nombrar.