Este ensayo aborda las relaciones de poder ejercidas a través de la institución carcelaria y el ejercicio descarnado que de éste se administra en el interior de la misma, haciendo evidente el fracaso en sus promesas de prevención del delito, corrección y resocialización de los condenados. Sin embargo, ante este fracaso que deslegitima el sistema penitenciario, la cárcel se fortalece cada vez más en Occidente. ¿Cuáles son las razones para que ante esta situación no haya una reacción generalizada dirigida a su abolición?, ¿por qué aún hoy, y con todo su desprestigio, ésta se sigue perfilando como el centro de nuestros sistemas punitivos?