Vivimos en un tiempo saturado con palabras e imágenes de la violencia. Bien sea en la televisión, internet, el cine o las pantallas de vídeo, no podemos escapar de las representaciones, tanto ficticias como reales, de la violencia: otro asesinato, otra matanza en una escuela secundaria o en un teatro de cine, otra película de acción llena de imágenes violentas. Nuestra época, en la que las representaciones de la violencia son omnipresentes, bien podría llamarse La edad de la violencia. Pero, ¿qué entendemos por violencia?, ¿qué puede lograr la violencia?, ¿tiene límites la violencia?, y, de ser así ¿cuáles son? Richard J. Bernstein analiza estas preguntas a través de la obra de cinco pensadores que han reflexionado sobre ella: Carl Schmitt, Walter Benjamin, Hannah Arendt, Frantz Fanon y Jan Assmann. A partir de una revisión crítica de sus escritos, pone de manifiesto los límites de la violencia y concluye que a pesar de que existan razones de peso para comprometernos con la no-violencia, debemos reconocer que hay circunstancias excepcionales en las que la violencia se puede justificar. Esto, por supuesto, no significa que existan criterios universales o atemporales para determinar cuándo se justifica el uso de la violencia. La única manera viable de hacer frente a este problema es cultivando espacios públicos en los que haya un debate libre y abierto, y en el que las personas se comprometan a escuchar al otro. Allí donde se seca el debate público, advierte Bernstein, no queda nada que impida el triunfo de la violencia asesina.