“Hacer libros de manera independiente en Latinoamérica no es fácil. Hay muchas personas que trabajan y se esfuerzan para que lleguen a nuestras manos”, dice una reciente campaña de los sellos mexicanos Era, Alamadía y Sexto Piso en México. Preocupados por el futuro del sector independiente, editoriales y librerías se han dado a la tarea de mantener el negocio pese a la pandemia y la incertidumbre de lo que vendrá.
El parón en la producción ha hecho que los establecimientos tengan que recurrir a sus fondos literarios y al ingenio de sus libreros para alimentar el interés y el deseo del público de leer durante la cuarentena. Ante el reto, las redes sociales se han convertido en las mejores aliadas de las librerías independientes en México, Colombia, Argentina y Perú.
“Hacer libros de manera independiente en Latinoamérica no es fácil. Hay muchas personas que trabajan y se esfuerzan para que lleguen a nuestras manos”, dice una reciente campaña de los sellos mexicanos Era, Alamadía y Sexto Piso en México. Preocupados por el futuro del sector independiente, editoriales y librerías se han dado a la tarea de mantener el negocio pese a la pandemia y la incertidumbre de lo que vendrá.
El parón en la producción ha hecho que los establecimientos tengan que recurrir a sus fondos literarios y al ingenio de sus libreros para alimentar el interés y el deseo del público de leer durante la cuarentena. Ante el reto, las redes sociales se han convertido en las mejores aliadas de las librerías independientes en México, Colombia, Argentina y Perú.
Martha Hernández, dueña de U-Tópicas, librería especializada en feminismo y temas de género en Ciudad de México, recuerda que las primeras semanas fueron “terroríficas” ya que cerraron muy pronto este negocio familiar por miedo al contagio. “Tuvimos que sostener todo el peso de los gastos, el alquiler y los sueldos sin ningún ingreso”, cuenta a Verne a través del teléfono.
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