Escogí una piñata de sirena, preciosa [] Era tan bonita que daba pena romperla, sentencia la narradora del cuento Flores viejas al recordar su fiesta de cumpleaños. A medida que el relato avanza, la tensión familiar, el desencanto y la violencia van imponiéndose a los colores brillantes de la memoria, llevando al lector a cuestionarse sus propios recuerdos y a reconocer las sombras que habitan en el fondo de sus vivencias.Con una mezcla de fantasía, horror y elementos del absurdo, los cuentos que componen Alarido doméstico exploran con imaginación y crudeza la maternidad, las relaciones de pareja y el vínculo entre madres e hijos. Con una mirada penetrante y un lenguaje afilado y sin concesiones, Carolina Jiménez San Pedro se adentra en la extrañeza, la incertidumbre y la complejidad que rodean a las relaciones familiares. No las denuncia: las pone bajo el microscopio del desconcierto para explorarlas. En los temas y abordajes de la autora resuenan las voces de escritoras como Inés Arredondo y Rosario Castellanos, que encontraron en la ficción un recurso crítico, ético y estético para señalar las incongruencias, la doble moral y los dolores heredados que la sociedad aún no se ha podido sacudir.Cada relato de Alarido doméstico nos reta a asomarnos a la maternidad desde ángulos muy distintos a la romantización que se ha hecho de la crianza y el cuidado de otro ser humano. Es un desafío para explorar el hartazgo, la infidelidad, el erotismo y la violencia familiar, temas que siguen pesando en las buenas conciencias. Cada cuento es una explosión a punto de ocurrir. Un tabú que se agota. Un grito que libera.