La obra examina la dimensión teórica de la relación de Louis Althusser con el psicoanálisis en el contexto de la vida intelectual francesa de la década del sesenta y del movimiento que se llamó "estructuralista". El estudio de la estrecha relación que unió el retorno a Marx, promovido por Althusser, y el retorno a Freud, impulsado por Lacan, es la ocasión para interrogar desde un ángulo singular ciertos conceptos fundamentales del programa althusseriano, destinado a poner de manifiesto la filosofía latente de Marx: el concepto de sobredeterminación, el de lectura sintomática o también el de casualidad estructural.