AA.VV
La Escuela "José Carlos Mariátegui"
La Escuela de Formación Política José Carlos Mariátegui Desde Nuestramérica se creó a partir de una iniciativa del Frente Popular Darío SantillánCorriente Nacional, en conjunto con otras organizaciones que hoy forman parte de esta experiencia militante. Se conformó un Consejo Asesor Académico Internacional integrado por intelectuales y referentes sociales y políticos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba y Venezuela, que han apostado a un proyecto de formación política de escala regional, sumándose a esta iniciativa.[1] Desde mediados de 2012, trabajó en la organización y concreción de esta Escuela el grupo pedagógico Alicia Eguren quien ha coordinado el Primer Curso Curso de Teoría Latinoamericana, entre otras actividades.
El por qué de la Escuela José Carlos Mariátegui
El objetivo principal de la Escuela de Formación Política José Carlos Mariátegui Desde Nuestramérica es favorecer los procesos de auto-educación política, en sentido emancipador y socializador del poder de los pueblos de Nuestramérica. En efecto, la formación militante resulta imprescindible para el desarrollo de una subjetividad política emancipadora, y es necesaria para la construcción de poder popular. La formación militante, concebida como praxis, es insoslayable para aquellas organizaciones que reclaman para sí una función racionalizadora y humanizadora de la sociedad, una función ejercida desde abajo, por la acción libre de todos y todas.
¿Por qué José Carlos Mariátegui?
«Por muchas razones: porque queremos ensanchar las posibilidades del marxismo como teoría de la ruptura y el Amauta con su lectura antieurocéntrica y antipositivista del marxismo nos parece una de las estaciones más significativas del marxismo de Nuestra América (
); porque nos identificamos con la tarea de construir un socialismo enraizado, un socialismo comunitario y una democracia de trabajadores comprometidos con la verdad y la belleza; porque el tiempo que vive Nuestra América nos impone un cambio de paradigma: ya no cabe sobreestimar la acción de los sujetos populares considerados modernos, en desmedro de aquellos considerados premodernos. Los motivos de nuestra opción por Mariátegui, son innumerables, entre otros podemos agregar: la predisposición mística, el talante humanista, su idea del socialismo como camino intelectual, sentimental y práctico.
Pero también invocamos el nombre del Amauta porque tomamos de él una perspectiva metodológica: Mariátegui propone una recepción, una apropiación, y una refuncionalización de teorías, saberes, discursos, sin considerar como algo determinante la función de esas teorías, saberes, discursos en su campo intelectual originario. Lo que le importa a Mariátegui son los modos de adecuación a una circunstancia diferente, y los efectos que esa refuncionalización genera. Podemos decir entonces que la lógica que prima en Mariátegui es la de la verificación militante. Este gesto funda su traducción del marxismo y perfila un método caracterizado por su capacidad de dar cuenta de la alteridad, de la interculturalidad, de lo real-maravilloso, un método dinámico y abierto, alejado de la seca metodología académica, un método que exige ponerle cuerpo al pensamiento, a las ideas. Finalmente cabe tener presente que Mariátegui reunió la mayor cantidad de instrumentos metodológicos y conceptuales a los que, consciente o inconscientemente, los puso en tensión crítica.
Consideramos que la verificación militante servirá para multiplicar y propagar saberes emancipatorios sin esquematizarlos, y para ensanchar los horizontes libertarios sin empobrecerlos».[2]