Ana García Bergua es, entre los talentosos autores nacidos en México en los años sesenta, uno de los que, por su modo de ejercerse en lo que me gusta llamar el arte de Sherezada, me han seducido corno lector. Hasta puedo decir a partir de qué momento, de cuál página, de cuál línea, ocurrió por primera vez esa seducción. Fue al final de un cuento no incluido en este cuadernillo en el que García Bergua ha preferido reunir textos narrativos acerca del tema del comer, tan frecuente en sus obras.