Escribir en el cielo los versos de una nueva fe, trazar en el desierto el grito de una generación que se niega a morir de rodillas; entregar su voz a los otros, los que ya no pueden quedarse callados, aquellos en quienes el dolor se empoza como una sombra que los empaña. En la vasta obra de Raúl Zurita la poesía se convierte en acción, se transforma en lo que no es y aspira a encontrar un camino ajeno al horror. Anteparaíso es un canto de amor. El amor que mueve a cada ser humano, que lo conecta con sus semejantes y con la existencia. Libro nuclear en la andadura poética del autor, piedra de toque de miles de lectores, se trata ya de un clásico vivo, de una escritura necesaria. El poeta, habiendo visitado el purgatorio que se encuentra en la superficie de la barbarie, avista una estancia probable, salvadora, donde otra vida es posible. Más allá del dolor y el delirio, en la poesía de Zurita habita un dios hecho a la medida de nuestra humana experiencia.