Las enormes revueltas de principios de siglo abrieron la puerta a los llamados «gobiernos progresistas» en América Latina. La exigencia de poner coto a la rapiña de los bienes comunes y de establecer nuevas formas de autogobierno no se vio, sin embargo, respaldada por estos gobiernos. Antes al contrario, el Estado ha vuelto a imponer su monopolio sobre la riqueza material y la decisión política. Raquel Gutiérrez Aguilar, participante activa en estos procesos, desarrolla esta tesis, al tiempo que reflexiona sobre las posibilidades de una política de la autonomía con respecto de los poderes instituidos. Su análisis es una afirmación de la voluntad colectiva sobre los asuntos públicos y una apuesta por lo que denomina «política en femenino», centrada en la producción de lo común y en garantizar la reproducción de la vida colectiva, dislocando las relaciones de mando-obediencia que jerarquizan y estructuran las sociedades. Este libro supone, en realidad, una notable ayuda para continuar el camino abierto por aquellas movilizaciones más allá de las políticas estado-céntrica