AA.VV
De acuerdo con la neurociencia moderna, el factor común entre los fenómenos psi como la psicoquinesia, premoniciones o el fenómeno ovni, y técnicas como el mindfulness, la neuromodulación o la visión directa, son los cambios en la percepción que provocan; es decir, las modificaciones en los cerebros de aquellos que viven estas experiencias. Y es que todos conocemos a alguien, un amigo, vecino, colega o familiar que ha vivido una experiencia trascendente, a las que, ahora se sabe, se accede mediante la ampliación del estado de la consciencia individual.
¿Qué sucederá conforme más personas, tras vivir un estado ampliado, concluyan que la consciencia es mucho más que un subproducto de
la actividad cerebral? En el corto plazo, no parece probable que tenga un
impacto significativo sobre la investigación de la consciencia basada en
el paradigma materialista. Sin embargo, al nivel de la cultura humana, sí
puede preverse un impacto profundo.
De hecho no es algo vaya a suceder en el futuro, pues ya desde hace algún tiempo soplan vientos de cambio que esparcen novedosos modelos con los que la física, la biología, la neurofisiología, la filosofía y otras disciplinas buscan explicar la realidad. Basta con ver el creciente número de libros, artículos y publicaciones en foros en línea y redes sociales en los que se narra con detalle una experiencia trascendente. O la cantidad de películas, series, podcast y documentales basados en testimonios que dan cuenta de ello, y del profundo impacto que la vivencia ha tenido en sus vidas. Todo esto tiene el potencial de despertar la curiosidad de millones de personas que podrían empezar a percibir la realidad con otro filtro, desde una perspectiva cada vez más alejada del limitante materialismo y más cercana al bienestar de individuos y sociedades.
Si habrá una revolución a nivel científico-académico, lo más probable es que sea consecuencia de un profundo cambio cultural, conforme
nuevas generaciones de investigadores marcados por este nuevo paradigma reemplacen a la vieja escuela en universidades, institutos y
centros de investigación. Entonces podría darse un efecto irrefrenable
que cambie en lo fundamental la forma en la que la especie humana entiende su realidad, el Universo, la vida y la consciencia.