Fray Bartolomé de las casas vierte toda la indignación acumulada tras presenciar durante medio siglo la conquista de América. A través de la descripción de atrocidades encadenadas, rítmica y reiterativamente hasta presentar una visión apocalíptica de la aniquilación de un mundo, los indios atormentados se transfiguran en símbolo de la dignidad humana.