El perfeccionamiento del acto de levantarse por las mañanas, el hogar de origen y el hogar elegido,
las fotografías que conservamos y las que perdemos en la imperfecta digitalización de los recuerdos
y las complejidades de la introversión, son solo algunos de los temas que aborda este libro donde se
hilan, con una prosa ingeniosa y lúdica, pasado y presente.
No es solo ser extranjera en este país lo que aviva la curiosidad de la narradora de estas crónicas,
sino que la voluntad de extranjerizarse como forma de leer el mundo con nuevos ojos. De este
modo, Ana Oneda logra con este libro iluminar aquello que permanece ensombrecido por lo
cotidiano, destacando sus contornos, suavizando sus asperezas y dándole vida a aquello que,
ignorado, permanece dormido. Kati Lincopil