La figura de Angélica Mendoza (1889-1960) está estrechamente ligada a los primeros años de la historia del Comunismo argentino. Maestra, militante, intelectual y mujer de vanguardia, su ingreso a la política se da en la provincia de Mendoza en el campo de la lucha gremial, en cuyo marco conoce a Rodolfo Ghioldi, dirigente fundador de la mano del cual se incorpora al Partido. Tras desarrollar una línea de pensamiento que no ilustra acabadamente los fundamentos de esta dirección, junto a militantes afines a su posición conforma el grupo rival conocido como chispista por editar el periódico La Chispa, con el que enfrenta al sector oficial. En los oscuros años de la década infame, al igual que muchos de sus compañeros y compañeras Angélica Mendoza fue encarcelada. Recluida junto a las prostitutas, en Cárcel de mujeres testimonia dicha experiencia y se propone denunciar los procedimientos empleados a fin de desalentar la lucha de las mujeres militantes y también busca llamar la atención de toda la sociedad acerca de la prostitución como problema social silenciado, dando forma a un texto político cuya ambición es crear conciencia en torno a la subordinación femenina, y contribuir con ello a la transformación de un orden que durante años relegó a la mitad femenina de la población a la más arbitraria secundariedad. Mujer valiente y de enorme potencia intelectual, Angélica Mendoza fue injustamente relegada al olvido. Recuperar su obra, tomando en cuenta que en más de un sentido fue una precursora, reviste gran importancia.