La escritura de El Mañana fue una travesía que le llevó a Luisa Valenzuela siete años. En ese periplo de cabotajes y derivas, hubo desvíos y demoras, cursos que no llegaron al destino prefijado, ideas posibles y personajes que aparecieron para cambiar turbulentamente la historia y luego se disiparon, dejando una estela de impresiones en la trama. Todas esas modulaciones y multiplicidades, al contrario de ser naufragio, fueron anotadas en una bitácora que luego derivó en estas páginas -sin encuadernar- en las cuales una escritora apostilla su propia obra e indaga sobre el proceso de escritura. Esta Carta de navegación es mapa para adentrarse en El Mañana y es sextante para ir más allá de la novela, una indagación sobre el acto creativo y las formas de abordar el lenguaje, sobre las femineidades y los feminismos, una indagación sobre lo que no se dice, ese tesoro tan bien custodiado por las palabras.