Marginado por villista, por ser de una mujer, por salirse del canon, Cartucho: Relatos de la lucha en el Norte de México es uno de los grandes textos de la literatura mexicana. Como señala Jorge Aguilar Mora en su prólogo a este libro, Cartucho es quizás el libro más extraordinario, donde se funden la singularidad autobiográfica, el anonimato popular, el relato histórico, la transparencia literaria, la crónica familiar. Como ningún otro escritor de la revolución, Campobello se aproximó al acontecimiento pasajero, instantáneo, aparentemente in-significante, pero profundamente revelador. Ella no describió las batallas, ni las posiciones políticas; no rescató los testimonios extensos de los guerreros. Ella fue a su memoria para perpetuar los instantes más olvidables para otros y más intensos para quienes los vivieron. Escribió de lo sucedido en "una tarde tranquila, borrada en la historia de la Revolución" y, a la vez, hizo la crónica de lo que casi nadie quería ni ha querido describir: el periodo entre 1916 y 1920 que los historiadores coinciden en llamar la etapa más cruel que vivió Chihuahua durante la Revolución y uno de los periodos más oscuros de toda su historia.