Hay libros que, una vez comenzados, no se pueden dejar de leer. Sólo en la última página están dispuestos a soltar a su gozosa víctima.
Casa de geishas (brevísimos relatos) propone una trampa más sutil. Ni siquiera los lectores más sensibles a su encanto querrán leerlo todo de una vez. Pero en cambio sentirán deseos de volver a sus páginas muchas veces. En cuanto hayan sido atrapados en su red, les resultará difícil o acaso imposible volver a ser verdaderamente libres.
Éste es un libro destinado a perdurar en la mesa de luz de sus lectores, amortizando con el paso del tiempo la inversión hecha en su compra. Con ustedes, Casa de geishas: un libro para no leer de un tirón.