Aquí se habla de mujeres. Y de todo cuanto pueden juntas. Es una crónica sobre la pasión y la lucidez, el cuidado vehemente y las oportunidades creadas por las propias mujeres para tener una vida plena, placentera, feliz. Este libro es la historia de vida de varias mujeres que templaron la aridez del sur continental con sus actuaciones políticas vibrantes y su completa voluntad puestas contra las hipocresías, la injusticia y la resignación. Es también la ajustada memoria de cómo y dónde se inscribieron, se imbricaron y desavinieron dentro del diverso y amplio campo de la teoría y la práctica feministas. De sus alianzas y de sus opciones, de su movimiento perpetuo.
La Colectiva Feminista La Revuelta viene dando inagotables batallas para promover verdad, identidad y libertad. Agitadoras de conciencias, sus experiencias pedían ser relatadas.
Hay aquí entonces algunos episodios de la épica feminista inaugurada el primer año del siglo en curso, cuando se funda La Revuelta, y extendida en el curso de una década tan fructífera como imposible de abarcar sólo en un volumen. De modo que se cuentan la historia de vida de sus lideresas; la genealogía, las articulaciones y las intervenciones del grupo, así como ciertas peripecias en el progreso de elaboración del libro que funcionan como pretextos para pensar juntas. Las numerosas mujeres que han acudido a La Revuelta estos diez años para denunciar violencia en cualquiera de sus expresiones, o simplemente tramar complicidades y encontrar reparo, dejaron marcas vitales en cada una de las revueltas y aprendizajes nutritivos en el grupo, que los transformó en nuevas oportunidades para la emancipación. Hay, así, tres "casos" de violencia misógina convertidos en causas políticas para actuar y para reflexionar.
Para historizar el surgimiento de La Revuelta, Mabel Bellucci describe el ambiente socio político del 2001, la efervescencia, la rebelión, las ideas y las rupturas de una crisis histórica nacional tan revulsiva como fértil, y Fernando Aiziczon sitúa la militancia de La Revuelta en el dramático momento del fusilamiento de Carlos Fuentealba.
Simone de Beauvoir escribió en sus libros de memorias que ¿ninguna mujer puede ser violada por un solo hombre¿. De forma análoga, la existencia de una mujer no puede mejorar sino por el entramado, real o simbólico, de otras existencias de mujeres dedicadas a crear las condiciones para que eso ocurra. Las mujeres de La Revuelta lo saben bien. Y vienen haciéndolo muy bien.
"Finalmente, la realización singular de cada mujer, de su personalidad, irreductible al común denominador de un grupo o de una entidad sexual, no sólo se ha vuelto posible sino que es orgullosamente reivindicada. Yo revelo los aportes de las mujeres a la pluralidad del mundo porque yo soy yo, específicamente yo. Es aquí donde se consuma la fulguración del genio femenino. Reconocer la contribución principal de algunas mujeres extraordinarias que, por su vida y su obra, han marcado la historia de este siglo, es un llamado a la singularidad de cada una". (Julia Kristeva, El genio femenino. Hannah Arendt, 1999)