En sus palabras se funda a ella misma, se mira renacer una y otra vez, extiende con su piel el lenguaje, hace de Limones un mito destrozado, deshecho, sostenido solo por quienes navegan a su alrededor, sin encontrar el camino de regreso. Naufragamos, renacemos, deseamos, vamos demasiado lejos, como el caballo, figura que habita la poesía de Ortiz y se mueve a través de ella, como si estuviera vivo. Natalia García Freire
Si Ortiz habla de Pangea no es para plantearnos una metáfora sino para (des) habitar un mundo constituido, a la vez, con violencia y con ternura. Fernando Montenegro
De la palabra de Yuliana Ortiz Ruano sale ese mar que todo lo traga, en medio están el cuerpo y las islas. Su voz nos atraviesa como ese haz de luz que se cuela por las olas. Después, todo es abismo. Andrea Torres Armas