Una pareja que se arma, se desarma, se compone, se descompone, y la literatura allí, para narrar la escena como en un juego de espejos. Cuando el peligro es pequeño somos felices, va y viene por
los intersticios de esa relación, por sus puntos de fuga, su locura solapada, su violencia contenida, su soledad compartida. Novela precisa, de prosa ajustada y sobria, la pasión no es nunca un asunto de adjetivos. El texto fluye como en la levedad de las percepciones mínimas, en los silencios que dicen mucho, en los roces que ya no son suficientes. Retrato de la intimidad, figura de un final, la narración capta el instante preciso en que tuvimos algo. Pero ahora ya no.