En medio de la crisis financiera del 2008 se dispararon las ventas de El capital de Karl Marx. Esto resultaba inusual dado que, apenas unos decenios antes, tras el derrumbe de la URSS y el ascenso neoliberal, a Marx se le había declarado muerto. En aquel entonces, la facticidad parecía sólo corroborar el triunfo del capitalismo, por lo cual resultaba extravagante y obsoleto dedicarle alguna reflexión. Por algún tiempo, la misma universidad reflejó esta valoración negativa de Marx y su obra en el marco del propio intercambio académico.