Shylock y el socialismo africano entabla lazos directos con la producción cultural africana y rompe con la dicotomía reinante entre la producción cultural Occidental de Europa y Estados Unidos frente a la cultura latinoamericana, supuestamente autóctona y auténtica. Al introducir a África como tercer elemento se rompe con una serie de clichés asociados a dicha dicotomía de manera indirecta, pero muy efectiva. Confrontar la supuesta supremacía cultural de Europa y Estados Unidos sobre América Latina de manera exclusivamente frontal reitera, de facto, poco espacio para la reconfiguración imaginaria de los distintos poderes y saberes en juego en la historia mundial.