DESANSAR EL LABERINTO
No pretendo, ni por un solo momento, elaborar una teoría general de la liberación de las mujeres. Lo que busco es, simplemente, brindar pautas para lograr hacer un recuento de cómo nosotras hemos sido socialmente construidas de un determinado modo que en muchos aspectos nos llena de insatisfacción para que, a partir de ahí, vislumbremos la manera como producimos nuestra comprensión en el mundo es decir, atisbemos en el universo de lo simbólico y logremos ubicar para después desmontar, los dispositivos y configuraciones sociales de opresión, de impedimento hacia la libre disposición de nosotras mismas, que están también y sobre todo inscritas en nuestros cuerpos, grabadas en nuestra psique.
A DESORDENAR
¡A desordenar! conjuga una escritura autobiográfica con un análisis minucioso de los eventos históricos vividos en tumultuosos procesos colectivos. En 1995 Raquel Gutiérrez Aguilar estaba confinada en una cárcel de la ciudad de La Paz, Bolivia. Su situación era índice de una derrota mayor: el triunfo de las políticas neoliberales en América Latina dejaron un paisaje desolador de fragmentación de las clases populares y el conjunto de las fuerzas de izquierda. El impulso político-personal de este singular texto que hace un balance crítico de las prácticas y concepciones de las organizaciones revolucionarias de las que la autora fue parte, plantea la premisa intuitiva de que una construcción transformadora tiene la necesidad de desordenar antes que de sustituir un orden por otro. Es el movimiento mismo de desordenar el que reanima las capacidades del hacer autodeterminado, llevando la imaginación a nuevos horizontes y nutriendo modos de apropiación de la decisión política.