Los cuentos de Desastres naturales están trazados con líneas simples y precisas en un lenguaje próximo a la oralidad y con imágenes poéticas cargadas de simbolismo. Son historias del ámbito rural en las que se entreteje la crueldad con la ternura, en situaciones críticas que cortan el aliento de quien lee y ciegan la esperanza de personajes vulnerables: niños, viejos y locos, expuestos a la inclemencia del tiempo, expuestos ante el mundo que les rodea.