Cervantes y Dostoievski conocieron la cárcel y El conde de Montecristo escapa de ella. Con tales antecedentes es fácil hablar de una vertiente carcelaria de la novela; ms relevante resulta subrayar que este gnero, en cualquiera de sus vertientes, hace las veces de laboratorio de la experiencia. Cuando leemos novelas, nos olvidamos de nosotros mismos y, por momentos, podemos experimentar otras vidas, sentirlas, examinarlas y en parte comprenderlas. Comprender es quiz la palabra clave de El canto del pjaro ciego: como actividad del espiritu, comprender significa entender, abrazar, contener y encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro. A esta justificación y naturalidad aspiran estas pginas, plenas de fortaleza y esperanza, esas dos cosas con pelos y plumas.Somos prisioneros del no hacer. El tiempo es nuestro verdugo. Las palabras son de un preso, pero su sentido nos concierne a todos. Con esta novela, Bibiana Rivera Mansi nos invita a descubrir la fuerza de las palabras y a no actuar como muertos cuando todava estamos vivos.