¿El compromiso político (y social) de Jonnhy Cash fue progresista o conservador? Esa es, esencialmente, la pregunta que intenta responder este libro a través de sus siete capítulos. El texto se inicia analizando su marcada infancia en Dyess, un pequeño pueblo/comunidad/colonia creado por el Gobierno estadounidense durante el New Deal para combatir la Gran Depresión. En palabras del propio Cash: «aquella comunidad funcionaba en régimen de cooperativa». Los siguientes capítulos nos hablan de su siempre conexión especial con los perdedores y los que construyeron el país con su esfuerzo. Con los soldados que van a luchar a unas guerras que otros decretan, con los indios desposeídos de sus tierras, con los afroamericanos sin derechos, con los presos y los forajidos. El perfil de Cash es tan difícil de categorizar, que lo mismo puede ser abrazado por el ala más radical del partido republicano, como por aquellos que se sienten antisistema. Para entenderlo, Michael Stewart Foley rastrea en sus declaraciones públicas (especialmente en su mítico programa de televisión The Johnny Cash Show) o en las letras de sus canciones para encontrar una pista que nos explique cómo quien, por ejemplo, denunciaba los padecimientos de los soldados que eran carne de cañón y cedía el protagonismo a artistas afroamericanos en plena lucha por los derechos civiles, era a la vez capaz de apoyar la política de Richard Nixon en Vietnam y cantar una canción en apoyo de los estudiantes pacifistas en la misma Casa Blanca. El resultado es un libro profundamente humanista que nos abre la mente y nos aleja claramente de dogmatismos.