El libro está dividido en 4 partes. La primera contiene 5 cuentos autobiográficos inéditos, en los que la autora evoca episodios de su infancia. Algunos fueron escritos alrededor de 1960 y otros en la década de 1980. Son textos imprevisibles. Uno de los más inspiradores es Blachette, que trata sobre una cabra de Silvina tenía cuando era chiquita y que se perdió un día de tormenta. En El dibujo del tiempo, que da título al libro, a raíz de sus primeros dibujos, un tema que aparece recurrentemente en este tomo, retoma el tema del tiempo y de cómo desfigura implacablemente todo, aunque algunas cosas horribles, terminan mejorando.
La segunda parte tiene prólogos éditos e inéditos. El primero, Poetas líricos ingleses, es una admirable síntesis de la historia de la poesía lírica inglesa desde Chaucer hasta Wilde.
Hay uno muy particular, que se llama Indicaciones para la lectura de este libro, que la muestra como una escritora que escapa a toda convención. Como decía Borges, "Puede estar muy seria, sirviendo en la mesa un suflé de queso, muy suave y bien armado y decir: Dan ganas de meter la cabeza adentro, y hacer un gesto que insinúa la acción propuesta, sonreír y seguir sirviendo como si tal cosa el suflé".
La tercera parte se llama Misceláneas y reúne notas breves, desde reseñas cinematográficas hasta comentarios sobre la novela policial, recuerdos de su relación con Borges, notas sobre la muerte de Cortázar o de Mujica Láinez.
En la cuarta, hay encuestas y entrevistas de todo tipo. Hechas por medios totalmente diferentes: desde La Nación, Clarín, Panorama hasta Gente, Somos, Vosotras. Entre los entrevistadores, figuran Mempo Giardinelli, Mirta Arlt, María Esther Vázquez, Pichón Riviere, Noemí Ulla, Héctor Zimmerman.
Estas entrevistas muestran no solo la agudeza de sus respuestas, que siempre son sorprendentes, sino también la parte más simple y cotidiana de su vida, así como su relación con Bioy. Habla de sus escritores preferidos, cómo escribe, etc.
Muchos de los textos fueron escritos en inglés o francés. Aparecen en su versión original y traducidos por Ernesto Montequin.