Durante toda la primera mitad del siglo XX, La Forestal fue la principal abastecedora mundial de tanino, un extracto que elaboraba en sus pueblo-fábricas del norte de Santa Fe y Chaco, con la madera que obtenía de los milenarios bosques de quebracho. Entre 1918 y 1921, debió enfrentar una rebelión obrera, que cuestionó los fundamentos de su desmesurado poder. Su respuesta fue descomunal. Financió una policía militar montada y cerró sus fábricas. La prensa la denunció por cometer crímenes contra la humanidad.
Después de la masacre de 1921, para reanudar la producción, tuvo que recomponer su dominio. Se inició entonces una nueva era, que presentó como una "obra de civilización y cultura". ¿En qué consistió esta refundación? ¿Qué estrategias empleó? En 1945, un gobernador dijo que se trataba de un método de explotación científica que buscaba el mayor rendimiento de su personal, destruyendo todo espíritu de iniciativa. Dos décadas después, Rodolfo Walsh aseguró que las familias obreras tenían metido en el alma el sello La Forestal. ¿Fue realmente así?
Este estudio, continuidad de Revuelta obrera y masacre en La Forestal, es una historia social del norte santafesino para la primera mitad del siglo XX. Invita a pensar un problema profundo y complejo, de absoluta actualidad: el fenómeno de La Forestal, las distintas formas que asume la violencia empresarial y las respuestas de los de abajo.