El estallido social ha generado un verdadero conflicto de interpretaciones. Para desentrañar su sentido y su soplo ulterior, este trabajo pone en el centro del análisis la multitudinaria marcha del 25 de octubre. La heterogeneidad que se hizo visible fue nombrada pueblo, clase media, ciudadanía, gente, sin que ninguno de estos colectores políticos logre realmente aprehenderla. Se formula aquí la hipótesis de la forja de un nuevo grupo social: las clases popular-intermediarias, analizándolas desde una perspectiva latinoamericana. La especificidad chilena gana en relieve al tiempo que se abre al diálogo con otros contextos nacionales invitando a nuevos cuestionamientos sobre el neoliberalismo, la estructura social, los Estados de bienestar, el individualismo.América Latina transita hacia un nuevo imaginario de su estructura social. A las tesis de la sociedad dual o de sociedades de clases medias, es necesario contraponerle la centralidad en formación de las clases popular-intermediarias. Un grupo híbrido entre viejos sectores populares, clases medias tradicionales y nuevas clases medias; con actitudes específicas hacia el Estado, los derechos sociales y el esfuerzo propio; con nuevas experiencias en el trabajo y el consumo; con otro sentido de lo común; más individualizados que individualistas. Una clase social en formación que no ha logrado, hasta el momento, ser realmente interpelada en la región ni por los gobiernos de la ola rosa ni por los regímenes neoliberales.