Al final del siglo XIX las escuelas de internados indígenas fueron promocionadas como la forma de resolver el problema indígena en Estados Unidos y Canadá. Con el objetivo de transformar permanentemente a los jóvenes indígenas en sujetos europeizados o blanquificados, estas escuelas implicaron un modo de eliminar a las comunidades indígenas en tanto obstáculos para la ocupación de tierras, la extracción de recursos y la construcción de los Estados-nación modernos en ambos países. Andrew Woolford analiza en este libro la formulación de un problema indígena en Estados Unidos y Canadá, y la solución de las escuelas indígenas de internados en Manitoba y Nuevo México. Inspirado en el Acuerdo de Escuelas Residenciales de Canadá del año 2007 (que implementó una Comisión de Verdad, Reconciliación y Reparación para sobrevivientes de las escuelas residenciales por parte de las autoridades canadienses), este libro ofrece un análisis comparativo y sistemático de la historia de los internados para niños indígenas en Canadá y Estados Unidos. Producto de las diferencias históricas, políticas e incluso estructurales, los dos países arribaron a respuestas muy distintas en relación a los daños causados por la educación asimilacionista en estos internados y en posiciones diferentes con respecto a la necesidad de reparación. Woolford se propone en este libro dar cuenta de dichos desafíos, fundamentales para pensar formas de apropiación de identidad en procesos genocidas que recurrieron a otras prácticas en otros contextos históricos (como el español o el argentino), pero con el mismo objetivo de perseguir la destrucción de la identidad de un pueblo.