Enamorada de María -la ociosa dueña de la casa donde trabaja- e imposibilitada de separarse de ella siquiera unos días, Valeria, su empleada doméstica, trama cómo acompañarla hasta un congreso internacional de curaduría en la Patagonia.
Una vez en el hotel, se hará amiga de Dalia Rosetti, quien le consigue trabajo, pero a sus espaldas urdirá estrategias para seducir a María: metida en su cuarto le dejará mensajes estrafalarios, que los influyentes asistentes al encuentro interpretarán como la obra revolucionaria de un genio anónimo, indicios irrefutables del surgimiento de una nueva vanguardia.