A primera vista, este libro es la encantadora y a la vez triste historia de una chica y su perro. Pero por debajo de esa capa de vida cotidiana, la narración teje sutilmente (y poco a poco) un dolor fantasma; ese que cargamos silenciosamente desde nuestras raíces y que a veces nos aturde y nos desgarra porque empieza a gritar. Ante el descubrimiento de una historia familiar que había permanecido oculta, y mientras atraviesa la herida de una ruptura amorosa, la protagonista se desdobla o, más bien, construye dentro de sí una suerte de nido para refugiarse hasta que pare la tormenta. Esta novela tiene la virtud de ser breve y exacta, tanto en su forma de narrar los secretos que esconde, como en el ritmo con el que atraviesa sus distintos humores. El gran danés nos regala la conmovedora certeza de que también nos habitan los seres que nos salvan. Verónica Gerber Bicecci