El primer golpe de vista es un esquema de cómo funciona biológicamente la visión, lo que apunta precisamente a aquello que se ha perdido. La presentación se construye desde y con aquello que se destruyó. La manifestación del hartazgo, de la rabia, de la pérdida de paciencia de las personas ante la injusticia, expresada con el cuerpo, la voz y el trazo sobre las murallas, se pretende aplacar cegando para que no puedan ver o vivir. Ese espesor que se va creando a lo largo del texto, donde la palabra enceguecer se quiebra, y las imágenes son imposibles de escribir porque están vaciadas de sí. Los trazos parpadean en el momento de su destrucción, se transforman en un rostro velado, quemado por una luz negra, una masa encefálica que destella. Luis Verdejo rearma la visión mirándola, y no lo dice, la hace ver, y esa imposibilidad no es su descripción, es el horror. El ojo de Chile es una obra donde la escritura logra una notable coherencia en textos e imagen , una suma de ideogramas en palabras. CARLOS COCIÑA