Este libro arroja luz sobre los alcances y los límites de la traducción en el tejido del pensamiento árabe.
La traducción desempeñó una función primordial en la fundamentación del pensamiento árabe. No fue una mera operación de transferencia idiomática, sino un movimiento cultural integrado en los paradigmas del registro cultural árabe, que tuvo lugar en los siglos viii, ix y x, y el proyecto cultural de la nahda moderna. Factores políticos, ideológicos, confesionales y lingüísticos condicionaron el desarrollo de ambos procesos e hicieron que el primero liderase la vida cultural árabe desde los albores del islam hasta la época moderna. La transmisión al árabe de las ciencias se sometió al escrutinio de los salaf, del mismo modo, la traducción del conocimiento desarrollado en Europa tuvo que hacer frente a dicho control. La construcción cultural en el ámbito árabe-islámico se hizo bajo la sombra del papel intermediario de otras culturas, como la siríaca y la persa en el periodo clásico, o la francesa y la turco-otomana en la época moderna. Esta diversidad cultural desarrollada entre fuerzas centrípetas y centrífugas generó fenómenos como la apropiación del conocimiento o la arabización de los textos objeto de traducción. Asimismo, dio lugar a la aparición de nuevas corrientes como el orientalismo europeo y el occidentalismo árabe, que utilizan la traducción como recurso práctico para definir respectivamente Oriente y Occidente. Siguiendo un método analítico y crítico, esta investigación aborda el estudio de los alcances y los límites de este complejo proceso traductor para identificar los rasgos que permiten entender cómo se urdieron los distintos rumbos del pensamiento árabe-islámico en sus fases clásica y moderna, sin perder de vista el patrimonio cultural de los salaf.