En 1970 La dialéctica del sexo se convirtió inmediatamente en un clásico del feminismo de la segunda ola. Con solo veinticinco años, Shulamith Firestone analizó cómo el feminismo radical podía y debía dar forma al futuro.
En Espacios sin aire, casi unas memorias en forma de viñetas, describe con perspicacia y sensibilidad unas vidas cautivas de un malestar y una pobreza cada vez más burocratizados, y sus encuentros con algunas personalidades como Valerie Solanas, Allen Ginsberg o Diane Arbus.
El epílogo de Susan Faludi, publicado en The New Yorker, rinde homenaje al activismo de Firestone y a los movimientos feministas radicales de los setenta en Estados Unidos.