Por sus similitudes históricas y culturales, América Latina puede entenderse como una entidad conformada por países con una realidad política unitaria que, en su etapa moderna, se ha enfrentado a las consecuencias del capitalismo y a la constante amenaza del intervencionismo estadounidense. Estas condiciones han visto nacer una tradición artística y de crítica política que ha reforzado los vínculos por medio de la oposición al sistema dominante. También en el propio Estados Unidos y en Canadá han surgido voces que se suman a dicho antagonismo, de tal suerte que ambas herencias se fusionan en el documental social: las diferencias que dividen a la América anglosajona de la latina se desdibujan, dando como resultado una auténtica unidad temática y posiciones de resistencia. Estética de la insumisión, de Carlos Mendoza, es un recorrido por la historia del documental social del continente desde sus inicios hasta sus expresiones contemporáneas, su evolución tecnológica, fundamentos y posible futuro; expone la relación entre la historia política del continente y los discursos, sus estrategias, estilos y metodologías que el cine documental ha desarrollado para afrontar las problemáticas de su entorno; refuta el consenso creado por la ideología del neoliberalismo, explorando a cineastas y pensadores latino y norteamericanos que se hallan en una misma corriente que sustenta una tesis hasta ahora inédita: hablar de un documental americano con un sello de identidad y una búsqueda contrahegemónica.