En pleno siglo XXI asistimos a un recrudecimiento de los conflictos socioambientales en el planeta, pese a la visibilidad que tiene el tema en el debate público y al grado de conciencia que han generado los movimientos ambientalistas. La creciente demanda global de minerales, petróleo y energía hizo que la explotación de recursos naturales se intensificara y que, como consecuencia, poblaciones enteras quedaran sumidas en la más cruda de las exclusiones: hombres, mujeres y niños, ahora enfermos y marginados, han perdido el acceso al agua, al alimento, a la vivienda. Este volumen, el primero de una serie editada por Dejusticia, vuelca la experiencia que los autores, destacados investigadores y activistas de los derechos humanos en el Sur Global, tuvieron en diversas zonas de conflicto (como la lucha que libran los pescadores tradicionales de Hobeni, en Sudáfrica; la extracción de hidrocarburos en el territorio guaraní ñandeva, en Paraguay; o la disputa por las tierras en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia). A partir de un estudio que combina el análisis académico, la vivencia personal, y una escritura que recupera la mejor de las tradiciones de la crónica narrativa y reflexiva, documentan el impacto de las economías extractivas sobre los derechos humanos y el medio ambiente en esos auténticos campos minados; es decir, regiones atravesadas por relaciones de poder profundamente desiguales entre intereses depredadores privados y comunidades locales, así como por la escasa presencia (cuando no la complicidad) del Estado, y donde la conflictividad y la violencia pueden estallar de un momento a otro. Desde un enfoque que renueva no sólo la discusión sobre los derechos humanos, sino también la forma de comunicarlo, estas páginas buscan dar visibilidad e instalar el debate sobre una situación acuciante que nos atañe a todos: cómo las problemáticas medioambientales actuales vulneran los derechos más básicos de la vida, a tal punto que ella misma se encuentra hoy verdaderamente amenazada.