Para las "buenas conciencias" de un país inmerso en la violencia el propósito de la cárcel es castigar a los delincuentes. Se olvidan de que en realidad el único derecho que éstos pierden es el de la libertad y pasan por alto que hemos criminalizándola pobreza, descuidado las necesidades de la gente y que el sistema de impartición de justicia está en decadencia. Así, para las personas presas, la educación es uno delos mejores recursos para volver a una sociedad que las teme o las desprecia. Esta obra es el primer acercamiento en México destinado a dilucidar la educación en contextos de encierro, cuya complejidad obliga a un análisis objetivo, multidisciplinario, desprovisto de juicios morales y propuestas frívolas. Mediante experiencias pedagógicas docentes y académicas de primera mano, se intenta develar este vasto y poco explorado universo y conocer sus programas educativos, propuestas artísticas, tradiciones, cuestiones legales y, desde luego, aquello que rodea a las personas privadas de la libertad: situaciones emocionales, analfabetismo, agresiones, desigualdad de género y, también, testimonios de superación y alivio.