La ciencia occidental ha obedecido a ciertos principios ordenadores que definen los campos del saber y legitiman determinadas formas de acercamiento al mundo que nos rodea. Tales principios ordenadores siguen el paradigma cartesiano que separa el sujeto del objeto, con una esfera propia para cada uno: la filosofía y la investigación reflexiva por un lado, la ciencia y la investigación objetiva por el otro.
La diferenciación de los campos de saber a partir de estos principios ordenadores se ha definido, además, desde una identificación de un polo del binomio con otro. Así, por un lado naturaleza corresponde a cuerpo, a femenino y a objeto; por el otro, cultura corresponde a razón, a masculino y a sujeto.
A pesar de que algunos esfuerzos disciplinarios han llevado el estudio de los sujetos y de las sociedades por rumbos más abarcadores, el cuerpo se toca tangencialmente ya que el foco de su atención son los productos de la mente y el quehacer humanos ( antropología, la sociología y la demografía, por ejemplo). De esta manera, podemos considerar que, pese al interés por estudiar el cuerpo como objeto en sí mismo, muchos de estos estudios no han hecho más que reproducir las dicotomías ya señaladas.
El presente volumen, que reúne artículos de destacados académicos de hispanoamérica, pone en juego el entendimiento del cuerpo humano en su multidemensionalidad. Aspira a lograr un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista (o biología o cultura) que, al mismo tiempo, muestre la importancia de conocer el cuerpo desde su complejidad y no como una totalidad o completud. Los ensayos de este libro proponen una nueva heurística del cuerpo, una heurística que desestabilice la dicotomía cuerpo-mente.