Carlos Beristain nos invita a viajar.
Él nos lleva, página tras página, hacia los adentros de América Latina.
Cuenta lo que cuenta con palabras desnudas, nacidas de las difíciles realidades que el autor conoce y comparte.
Nada de lo que dice está dicho desde afuera. Desde hace ya unos cuantos años, Carlos acompaña la dura tarea de quienes tejen las redes solidarias en tierras donde nada es más barato que la vida humana.
Este libro duele. Pero el autor sabe abrirse paso en la cerrazón de las selvas, y descubre las ramas, a veces invisibles, de los árboles que nacen separados y se buscan para abrazarse.
Él tiene ojos capaces de verlos y nos ofrece palabras para celebrarlo.