Todo productor de conocimiento vinculado a una institución ha experimentado los imperativos que a través de reglas y jerarquías encauzan la producción de conocimiento y limitan los resultados que ahí se generan. Se trata de prácticas habituales en las instituciones dedicadas a producir conocimiento: la imposición de métodos, de teorías que no explican los contextos locales, o la exclusión de voces consideradas ilegítimas para producir conocimiento. Cualquier investigador adscrito a una institución debe enfrentarse con una valoración superlativa de determinados medios de difusión científica y con el poco interés por difundir aportes que escapan el main streem. Por si fuera poco, la burocracia es un obstáculo permanente para el quehacer científico.Los autores del libro que tiene usted en sus manos, exploran y elaboran visiones críticas desde sus respectivas experiencias en la investigación. Se trata de una reflexión sobre el saber y las instituciones que abarca muy diversas áreas: la ciencia y la tecnología, la cooperación internacional, la educación y la cultura, así como la producción de conocimiento en instituciones de salud y judiciales. Frente a organizaciones que racionalizan y limitan la emergencia de pensamiento original y novedoso para afrontar los innumerables problemas y las crisis globales, este libro reflexiona sobre cómo crear condiciones institucionales que favorezcan los procesos de autonomía científica. La horizontalidad del saber en las instituciones ¿es un proyecto realista o más bien dos panoramas antitéticos e irreconciliables? ¿Se trata de una perspectiva o de una paradoja?