Michael Marder es el referente de la filosofía vegetal. Su pensar-planta supone un cambio deparadigma necesario para nuestro agotado sistema cultural, a la vez que incentiva el debate sobre la necesidad de una ética de las plantas como paso fundamental para recomponernos e involucrarnos con los ecosistemas del planeta. Conjugando diversos campos de la filosofía, el conocimiento científicoy la comunicación, las artes y la literatura, plantea una compresión divergente, abordando la ampliación del sentido de realidad por el contacto de nuestros sentidos con el mundo vegetal, al implicarse en una propuesta excepcional, genial y generosa como es la atención a las especies botánicas. Entender las plantas para entendernos a nosotrxs mismxs supone una inversión metafísica de la estructura jerárquica inherente a la construcción occidental del ser. La identidad y la diferencia como dispositivos meta-lógicos y políticos son puestos en revisióna la luz de los procesos biosemióticos y a la postre, de las configuraciones corpóreas orquestadas por los flujos vitales de los que formamos parte y a los que pertenecemos como seres vivos.