Lo constante en la poesía de Malén Denis es el trabajo con la materialidad, la manipulación de la materia: sea lenguaje, sea agua. La descomposición de los artefactos, de los afectos y de la realidad. La búsqueda de una identidad transparente y honesta. Escribir, para Malén, no es un fin sino un medio, un ejercicio de comunicación y serenidad. La poesía es el puente cristalino que la comunica con las demás.