En Kabaret Ploma 2 Socialicemos las lentejuelas se narra en primera persona las frenéticas vidas de un grupo de Music Hall que evolucionó al Cabaret, entendiendo esto último como un guiño al Berlín de la República de Weimar. Dentro de nuestro contexto socio-político, los principales integrantes teníamos un pasado común: adolescencia y juventud en cárceles o manicomios franquistas, vapuleados por la siniestra Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social por nuestra opción sexual. Activismo político y LGTBI, con doble vida en algunos casos que te podían llevar a ser Salvador de día y Greta de noche viviendo en un pueblo donde todxs se conocen.
Relato como les unió la muerte con un sida devastador y fulminante, pero no se alarmen que está contado al estilo cabaretero, despojado del panfleto, como si de una actuación estelar se tratara, con marabús, boas, collares, Art-Decó y en un riguroso directo. Porque Ploma 2 fue el único grupo de Kabaret que, aparte de antros y teatros, actuó en las Universidades y, exceptuando las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, en todas las provincias españolas.
Tampoco se alarmen al pensar que está escrito de forma excesivamente intelectual. Como he relatado antes, el lenguaje es tan cabaretero como las fotos y dibujos que ilustran esta obra. ¡Viva la frivolidad! tal como la entendía Oscar Wilde.