A finales de la Segunda Guerra Mundial, a Cyril Conroy lo visita la suerte: hace una única pero muy inteligente inversión que le permite poner en marcha lo que se convertirá en un gigantesco imperio inmobiliario. El negocio catapulta a su familia desde la pobreza a una ingente riqueza, y su primera decisión es comprar la Casa Holandesa, una rica mansión a las afueras de Filadelfia. La casa, que pretende ser un regalo para su esposa Elna, terminará marcando los designios de toda la familia. Elna, incapaz de soportar la vida en una mansión como aquella, abandona a su familia para entregarse a los más necesitados. Maeve, la hermana mayor, se verá obligada a ejercer de madre para Danny, el pequeño. Circunstancias imprevisibles golpean a los hermanos, que se ven obligados a abandonar su casa de ensueño y rayan de nuevo la pobreza de la que habían escapado sus padres. La adversidad y una profunda nostalgia hacia el hogar que les ha sido arrebatado forjarán un vínculo indestructible entre ellos.