La cultura fue concebida originalmente como un agente de cambio, una misión emprendida con el objeto de educar a las masas y refinar sus costumbres. Pero en nuestro mundo contemporáneo de la modernidad líquida, la cultura ha perdido su rol misional: ya no busca ilustrar e iluminar al pueblo sino seducir al público. Inserta en una sociedad de consumo, su función no consiste en satisfacer las necesidades existentes sino en crear necesidades nuevas, y a la vez garantizar la permanente insatisfacción de las que ya están afianzadas. Así, la cultura actual se asemeja a una gran tienda cuyos estantes rebosan de bienes deseables que cambian a diario, en competencia por la atención insoportablemente fugaz y distraída de los potenciales clientes. En este nuevo libro, Zygmunt Bauman -uno de los pensadores más brillantes y provocadores de nuestro tiempo- rastrea las peregrinaciones del concepto de cultura y examina su destino en un mundo marcado por las nuevas y poderosas fuerzas de la globalización, las migraciones y la interacción de poblaciones, que ponen en cuestión los lazos entre identidad y nacionalidad. Frente a la realidad de vivir en estrecha cercanía con diversos pueblos, lenguas e historias, Bauman apela a un diálogo entre culturas en el que las comunidades se abran mutuamente e inicien un intercambio que las enriquezca en la búsqueda de una humanidad común. En un espacio en donde el Otro siempre es el vecino, cada uno recibe un llamamiento constante a aprender de todos los demás.