Muchas aristas incluyen el debate al que el autor nos invita. ¿Conviene renunciar a Marx? Pareciera que de ninguna manera. Como nos muestra, se trata de releer situadamente a Marx, no para extraer «recetas» de sus propuestas, sino para valorar lo que fue capaz de aportar en su co-yuntura específica como siempre que se producen propuestas (teórico-prácticas), y que resulta fecundo en nuestro azaroso presente.